Desde este lejano paraíso de paisajes paradisíacos, aguas transparentes y señoritas de ensueño me pongo en contacto con Fachilandia -el lugar antaño llamado España- para dar una (nueva) mala noticia.
Los baby-boomers nacidos en masa después de la Gran Guerra -los nenes del 68 francés, la quinta de Lennon y la Janis (Jo)- se jubilan.
A mí me la sopla. Desde el miércoles soy multimillonario y en este rincón del mundo los problemas se reducen a la (grave) opción entre un martini o un pure malt, así como a brillantes sobremesas especulando sobre si la parca te llevará instantáneamente y sin tiempo a que te des cuenta o si se molestará, en cambio, en torturarte un poquito.
Vosotros, en cambio, jóvenes pipolos, debierais llorar a moco tendido.
Si no sabéis por qué os le digo, ni me molesto en aclarároslo.
Ahí os quedáis.
Solos.
Felices Pascuas, pringaos.
Oyeme una cosa, Comandante Bow. Y no pudieras dejarnos un poquito al resto? o convidarnos a algo, digo. Estirarte un poquitín, que luego dicen de los catalanes, tú, pero hay que ver…